Irradian su legado culturas antiguas de América

La luz que reverbera en la renovada Ala Michael C. Rockefeller del Museo Metropolitano de Arte (Met) de Nueva York constituye una declaración de principios: iluminar, sí, las antiguas piezas de África, América y Oceanía, pero sobre todo alumbrar el entendimiento sobre ellas y sobre quienes las produjeron.
Aún más: se irradia la multiculturalidad que forjó estas expresiones artísticas y su pertenencia a ciudades que, en su época, fueron una babel multiétnica, como Teotihuacán, metrópoli que la mexicana Laura Filloy, cocuradora de la colección de arte antiguo de América, compara con Nueva York.
Un monumento teotihuacano, precisamente, recibirá a partir de hoy a los visitantes en el acceso principal del espacio que alberga este acervo, con unas 700 piezas anteriores al año mil 600 de nuestra era.
“(Teotihuacán) nos pareció el mejor lugar para empezar, porque ahí comenzó el tiempo, pero además porque es una ciudad que en su momento fue una de las seis más pobladas del orbe, con gente de toda Mesoamérica.
“Y eso es Nueva York hoy: una ciudad multicultural, donde se hablan mil lenguas, y donde todo mundo trata de entenderse y darle sentido a la vida”, enfatiza la arqueóloga y restauradora.
Los descendientes de los artistas indígenas que hace siglos crearon las obras expuestas residen hoy en esta gran urbe y su presencia, dice, se hace patente en el museo.
“Por ejemplo, donde se encuentran las piezas mixtecas, se indica que proceden de determinado lugar, y que fueron producidas por la gente mixteca, la misma que es tu vecina en la ciudad de Nueva York. Siempre que podemos hacemos ese símil y esa referencia entre el pasado y el presente neoyorquino”, añade.
Migración fecunda
La sala, que también destaca las migraciones y su relevancia para el poblamiento y el desarrollo de América, incorpora un mapa animado que sitúa geográficamente las zonas de la exposición, a la vez que señala la continuidad en el tiempo de las poblaciones que habitaron esos territorios.
“Los indígenas de hoy son custodios de lenguas y culturas”, se lee en esta herramienta digital disponible en la página del museo.
“Este mapa es muy importante, ya que algunos de nuestros visitantes piensan que estas grandes civilizaciones existen de algún modo fuera del tiempo, distantes y sin relación con nuestro mundo actual.
“Queríamos mostrar cómo estas grandes ciudades, deslumbrantes reinos y vastos imperios están relacionados con la historia global y con lo que somos ahora”, relata Joanne Pillsbury, curadora, junto con Filloy, de la colección de arte antiguo de América.
De modo que la iluminación de las tradiciones reunidas en el Ala Michael C Rockefeller (AMR) es también conceptual “y se complementa con una infusión de luz natural y artificial y un enfoque de la exposición que permite que las obras brillen más que nunca”, apunta Alisa LaGamma, curadora de la colección de arte africano y conservadora responsable de la AMR.
Luz protagónica
La remodelación del espacio, a cargo del despacho estadounidense WHY Architecture, ha rediseñado el muro acristalado de la fachada sur del museo para permitir no solo el paso de la luz del día, sino la vista al paisaje y al verdor de Central Park, un aspecto importante si se considera que muchas de estas piezas estaban en el espacio público, observa Filloy.
“Se exhibían o estaban colocadas en espacios al aire libre, donde los cambios de iluminación, el paso del sol y la vegetación como fondo creaban una reacción en aquel que las veía”.
Los objetos, añade, estaban integrados al entorno, incluso como parte de los atavíos de las personas y eran parte de los símbolos del poder y de la vida religiosa de los pueblos antiguos.
“Próximos ahora a la fachada de cristal, revestida con las debidas protecciones para dotar de claridad al espacio sin afectar el acervo, los objetos se aprecian cabalmente. Pueden notarse, por ejemplo, la cualidad translúcida de un jade o las iridiscencias de un metal, señala Filloy.
Pillsbury recuerda que cuando se inauguró el ala Rockefeller, en 1982, la instalación era espectacular, pero oscura.
“Pensamos que era una pena, ya que estas obras, en general, estaban pensadas originalmente para ser vistas a la luz del día”.
La renovación reubicó lejos de los ventanales las delicadas obras de Oceanía, en su mayoría de material orgánico, protegidas antes por persianas oscuras y siempre cerradas, y colocó en su lugar las monumentales esculturas de piedra, la cerámica y la metalistería de Mesoamérica, para que recibieran la luz diurna.
“Es maravilloso ver el juego de luces sobre las texturas de las esculturas de piedra a medida que avanza el día, y ver la translucidez de los ornamentos de jade, laboriosa y hábilmente tallados”, reconoce Pillsbury.
Mujeres al poder
La renovación de la sala hace eco de las más recientes investigaciones en el campo arqueológico que evidencian, por ejemplo, la relevancia de las mujeres en el poder político.
“Hemos asistido a unas cuatro décadas de magníficas investigaciones arqueológicas, investigaciones que han ampliado, profundizado y, en general, transformado nuestra comprensión anterior de la colección”, precisa Pillsbury.
“Por poner sólo un ejemplo: los descubrimientos arqueológicos realizados en la costa norte de Perú en los últimos 30 años han revelado que ¡sorpresa! las mujeres ocupaban posiciones de enorme poder y que se adornaban con algunas de las mismas galas relucientes que los hombres”.
Otro ejemplo concierne a las esculturas mexicas, cuyos colores se han dilucidado mediante microscopios digitales que detectaron restos de pigmentos en los poros de la piedra, como se hizo con una Cihuateteotl, diosa mexica de las mujeres muertas en el parto.
“Y logramos”, indica Filloy, “hacer una restitución cromática, hipotética, de cómo se habría visto la escultura cuando estaba totalmente pintada”.
La información arqueológica también ha influido en el diseño arquitectónico de las nuevas galerías, que establece resonancias con las antiguas tradiciones arquitectónicas americanas.
En las galerías mesoamericanas, por ejemplo, la organización se inspira en la idea de plazas y plataformas, mientras en las andinas, la configuración de las vitrinas recuerda la arquitectura en forma de U de las milenarias estructuras sagradas de la costa norte de Perú, “y el modo en que los ‘brazos’ de los edificios te abrazan, te envuelven, te transportan más allá de lo mundano”, detalla Pillsbury.
El recorrido por las renovadas galerías invita a traspasar diversos umbrales, hacia el ala de las culturas nativas de Estados Unidos o hacia las que albergan las expresiones del virreinato o las del arte contemporáneo para resaltar puentes y continuidades, como en el caso de los textiles, observa Filloy.
“Se hace un símil entre los textiles abstractos del sur del continente con los textiles y el arte abstracto del siglo 20 que se ven del otro lado y también un recordatorio de que la abstracción no empezó en el siglo 20, sino 2 mil años antes de nuestra era, en el sur del continente americano”.
Estos reconocimientos colocan a las piezas y a sus hacedores, en el lugar que les corresponde, reflexiona LaGamma.
“Por cada obra maestra occidental que los visitantes del Met admiran hay un poderoso contrapunto en las galerías del Ala Michael C. Rockefeller.
“Nuestra inversión en la mejora de esta importante encrucijada cultural del museo promete suscitar un mayor compromiso con estas áreas de la colección, otorgarles su legítimo lugar de distinción y, al hacerlo, disipar el dominio de los cánones eurocéntricos”, plantea.
Un ala nueva, una nueva luz: un horizonte de entendimiento, tan indispensable en los tiempos que corren.
Mariachi en Manhattan
La inauguración en el recinto de Manhattan será este sábado 31 a las 12:00 horas con agrupaciones de África, América y Oceanía. Asisten, entre otros, el Mariachi Real de México, el poeta nahua Mardonio Carballo, el botánico y antropólogo oaxaqueño Alejandro Ávila y la arqueóloga Patricia Ledesma, directora del Museo del Templo Mayor de la Ciudad de México, quien conversará con la arqueóloga Laura Filloy sobre la presencia femenina en las esculturas mexicas de la Huasteca.
Recursos digitales
La renovación del ala Rockefeller se acompaña también de recursos digitales, disponibles en metmuseum.org, entre los que figuran:
– Reconstrucción virtual de un escudo moche, creado a mediados del primer milenio de la Era Común.
– Relieve tallado que ofrece una visión del poder y el esplendor de las cortes reales de los antiguos mayas.
– Mapa animado que visualiza las conexiones en América.
– Visita guiada al interior de la maqueta de una casa de barro de la antigua cultura nayarita, donde acontece una fiesta.